Al comerciante David Pablo Tortabú le dispararon frente a su residencia el sábado en la noche. Según cuentan sus familiares, cuatro sujetos armados intentaron atracar a la familia cuando cerraban el portón.
La inseguridad existente en el país y en la isla de Margarita quedó en evidencia nuevamente con el asesinato del comerciante David Pablo Tortabú, de 52 años.
El propietario de la panadería La Encrucijada de El Espinal, municipio Díaz, falleció el sábado en la noche luego de recibir un disparo en la cabeza, frente a su casa en el sector Conuco Viejo del municipio García.
Cuenta Karina Pablo, una de las hijas del comerciante, que su padre se encontraba de reposo. “Mi hermana y mi cuñado se encargaron de cerrar la panadería. Cuando ellos llegaron a la casa, mi papá y mi mamá salieron a abrirles el portón”.
Escondidos
Visiblemente afectada por la pérdida de su progenitor, la joven relató que notaron que había algo raro entre la maleza que cubre un terreno vecino a su residencia. “Pensaron que era cualquier animal”.
Presuntamente, cuando David Pablo cerraba el portón, cuatro sujetos armados corrieron hasta él.
“Mi padre trató de cerrar el portón y le piso la mano a uno de los sujetos, éste comenzó a disparar.
Mi papá le levantó la mano y se salió para que cerraran el portón. Quedó con los tipos afuera y ahí lo mataron”.
En medio de la balacera, los familiares se refugiaron lanzándose al suelo.
En un vehículo particular llevaron el cuerpo sin vida de David Pablo Tortabú al hospital Luis Ortega de Porlamar a las 10:20 p.m.
Familiares y allegados esperaban este domingo que les entregaran el cuerpo de su ser querido, mas la noticia que recibieron fue que “los domingos no se hace autopsia” y debieron esperar hasta hoy para poder velarlo.
La respuesta no fue del agrado de los allegados a la víctima, quienes manifestaron que es una “falta de respeto” hacia los dolientes y una violación de los derechos humanos.
Efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) del estado Nueva Esparta se trasladaron hasta el lugar del crimen para recabar las evidencias y comenzar las averiguaciones del caso, uno más que enluta a una familia neoespartana.
Inseguridad
Un allegado, quien prefirió el anonimato, pidió a los entes competentes que se aboquen a acabar con la inseguridad.
“Aquí el problema es que los malandros matan a la gente y nadie paga, por eso lo hacen tan confiados”.
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