El ex secretario de seguridad ciudadana de la Alcaldía Mayor, Iván Simonovis, cumple seis años privado de su libertad por los hechos del 11A.
Desde su celda en el Sebin, antigua Disip, asegura que no se dejará amilanar por las acciones del presidente Chávez.
"Yo desde mi calabozo y con las limitaciones que me imponen la prisión y el régimen Chavista, seguiré dando hasta la última gota de lágrima, de sudor o sangre por la democracia, la justicia y la libertad", aseguró en una carta.
Indicó que "de aquí a diciembre de 2012, se ocasionarán daños tan graves al país, que resulta ingenuo pensar que con las elecciones presidenciales todo estará resuelto.
Esperar sólo las elecciones es ingenuo e insuficiente. Hace falta tomar medidas adicionales no para infringir la ley sino para hacer cumplir la ley proteger la Constitución y defender los derechos de todos los venezolanos".
Agradeció a quienes lo han acompañado durante los últimos seis años y manifestó que "aun aislado, incomunicado, no dejo de darme cuenta de que nuestro país está sumido en una profunda crisis moral.
La violencia superó al diálogo y la compasión ha sido derrotada por la discriminación la ira y la parcialidad".
Lea a continuación la carta de Iván Simonovis:
Hoy es 21 de Noviembre del 2010. Hoy cumplo 6 años en prisión. La mitad del tiempo que tiene el régimen de Hugo Chávez en el poder.
En medio de esto, luego de 6 años de injusta prisión, es difícil no ver atrás. Es difícil aceptar que de los 72 meses que llevo encarcelado, y sumando los días de visita, sólo he podido estar con mi familia 2 meses. En esos otros 70 meses, han pasado cumpleaños, días del padre o la madre, enfermedades, navidades, vacaciones escolares, graduaciones y momentos familiares que no he podido compartir; esto incluye ataques con bombas incendiarias a mi casa, amenazas a mi esposa y a mis hijos, humillaciones a mi familia y todo tipo de injustas manipulaciones mediáticas de parte del gobierno. Como olvidar que no pude asistir a la Primera Comunión de mi hija menor, quien ha crecido en los pasillos de la DISIP y que este año será nuestra séptima navidad separados.
Sin embargo quiero reiterar mi agradecimiento a quienes nunca me han olvidado; a los medios de comunicación libres que aún quedan; a las personas que de manera activa o pasiva nos apoyan; a los abogados que han hecho una labor titánica en nuestra defensa; a mis amigos que allá afuera me ayudan a sostener a mi familia, a todos GRACIAS; pero sobre todo mi especial reconocimiento para una mujer de carácter indoblegable y de serena belleza, quien no ha dejado que ni mi causa, ni la de otros sea olvidada; a mi esposa Bony y junto a ella, a mis hijos, que con dignidad y fortaleza no se aminoran ante las arremetidas del gobierno. Mi familia, a pesar de haber pasado 2230 días, está pendiente de mí como si hoy fuese el primer día de detención.
Y debo decir que, aun aislado, incomunicado, no dejo de darme cuenta de que nuestro país está sumido en una profunda crisis moral. La violencia superó al diálogo y la compasión ha sido derrotada por la discriminación la ira y la parcialidad.
El Presidente Chávez ha impuesto el slogan “Patria Socialista o Muerte”. Esa frase sólo ha servido para cimentar el profundo odio que él mismo ha venido sembrando desde su llegada al poder; odio que incluso ha mermado y sigue mermando dramáticamente los valores y principios de la familia… ¿Acaso se puede construir una patria socialista por la fuerza? Y si no, ¿la muerte de quién?
Gracias al aumento de los recursos económicos, ha aumentando el poder del gobierno para regular y controlar la vida y acción de los ciudadanos, para imponer una ideología retardataria. El poder de un gobierno ineficiente y corrupto, incapaz de garantizar servicios públicos esenciales como agua, electricidad, transporte y seguridad.
Los venezolanos debemos darnos cuenta que esa práctica del gobierno, llevada a través de un terrorismo gradual y sistemático, pretende reducirnos políticamente y está socavando los cimientos de nuestra cultura; nos está conduciendo a la ruina económica; nos está destruyendo como sociedad.
Hoy, luego de 72 meses tras las rejas, estoy convencido de que sí el Presidente Chávez hubiese pasado sólo la cuarta parte de las penurias que yo he sufrido en prisión, no sería un retardatario revolucionario apasionado e inspirado por un anciano dictador, por el contrario sería un mesurado estadista Porque en la cárcel no hay espacio para los arrebatos, excesos o la falta de disciplina. Aquí aprendes a templar tus reacciones, lo único que puedes y tienes que controlar es a ti mismo, es una forma de maduración forzada, que obviamente no le deseo a nadie, pero sin duda la cárcel literalmente moldea cualquier personalidad.
Nelson Mandela, luego de muchos años en prisión, cuando estuvo en libertad dijo: … “Nunca, nunca y nunca otra vez, debería ocurrir que esta tierra hermosa experimente la opresión de una persona por otra”.
Mahatma Gandhi dijo, por su parte, que “no se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna.”
Y Martin Luther King dijo:
"...Yo albergo el sueño de que un día mis 4 hijos vivirán en una nación en la que no serán juzgados por el coló de su piel sino por las cualidades de su personalidad...."
Que útil hubiera sido al país que el Presidente leyera a Gandhi o a Mandela, Luther King en lugar de al Che.
De aquí a diciembre de 2012, se ocasionarán daños tan graves al país, que resulta ingenuo pensar que con las elecciones presidenciales todo estará resuelto. Esperar sólo las elecciones es ingenuo e insuficiente. Hace falta tomar medidas adicionales NO para infringir la ley sino para hacer cumplir la ley proteger la Constitución y defender los derechos de todos los venezolanos.
A pesar de todas esas vicisitudes, sigo tratando de ver el futuro con optimismo y, como he lo dicho en algunas oportunidades, prefiero soñar aunque me equivoque, esperar aunque a veces fallen las esperanzas. Apuesto y confío que el mundo puede y debe cambiar.
La protesta pacífica pero contundente, es necesaria para exigir el respeto a la Constitución. Yo desde mi calabozo y con las limitaciones que me imponen la prisión y el régimen Chavista, seguiré dando hasta la última gota de lágrima, de sudor o sangre por la democracia, la justicia y la libertad.
Quiero reiterarles a todos que prefiero ser íntegro y libre en prisión que cobarde y esclavo en libertad. No se puede construir la patria desde el odio y el miedo. La verdadera revolución debe ser la Paz.
No bajaré la cabeza ante la tiranía.
Dios bendiga a Venezuela.
Ivan Simonovis
Prisionero Político
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