miércoles, 13 de octubre de 2010

Rescatan a 2 de los 33 mineros atrapados en Chile


Marío Sepúlveda, de 39 años, arribó a la superficie la madrugada de este miércoles y se convirtió en el segundo de los 33 mineros atrapados desde el 5 de agosto en ser rescatado desde el fondo de la mina San José, al cabo del día 69 de encierro.

Sepúlveda, electricista, casado y dos hijos, emergió tras su compañero, Florencio Avalos, de 31 años, el primero en salir a la superficie por un ducto de 622 metros de extensión y 66 centímetros de diámetro.

El minero arribó entre gritos de emoción, exclamando ¡Viva Chile!. A su salida de la cápsula, extrajo desde un impromisado bolso varias rocas que repartió al presidente Sebastián Piñera, y al ministro de Minería, Laurence Golborne.

Ávalos emergió de la cápsula "Fénix 2" a las 0:10 horas del miércoles hora de Chile (03:10 GMT) al término de una maniobra seguida en directo por televisión por mil millones de espectadores alrededor del mundo.

En la superficie le esperaban ansiosos su esposa, Mónica Araya, su padre, Alfonso Ávalos; sus hijos Alex, de 16 años, y Byron, de 8, y su tío Wilsson.

Los familiares rompieron a llorar y se fundieron en abrazos con él, mientras una sirena alertó al campamento "Esperanza" de que el salvamento más milagroso de la historia de la minería había comenzado con éxito.

El minero, cuyo viaje por el pozo excavado durante 33 días se demoró apenas 15 minutos y 32 segundos, llevaba unas gafas oscuras especiales para evitar que la luz dañara sus ojos y mostraba una gran serenidad,a diferencia de su pequeño hijo Byron, que prorrumpió en un largo sollozo.

Tal y como había anunciado que era su deseo, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, abrazó al minero con emoción, mientras la primera dama, Cecilia Morel, hacía otro tanto con la esposa del rescatado, Mónica Araya.

El ministro de Salud, Jaime Mañalic, lo acompañó hasta una camilla y fue conducido hasta un pequeño contenedor cercano al punto donde la cápsula alcanzó la superficie para ser sometido a un primer análisis médico.

El estallido de alegría en el campamento "Esperanza" fue acompañado con sirenas de bomberos y el repique de las campanas de iglesias en todo Chile.

Entretanto, el segundo rescatista, Roberto Ríos Seguel, desciende a la mina.

Más temprano

A las 10:03 pm, hora de Venezuela, el primer rescatista, Manuel González, abordo de la cápsula Fénix 2, llegó hasta el refugio donde se encuentran atrapados desde hace 69 días los 33 mineros.

Luego de un descenso de aproximadamente 17 minutos, González explicó la operación a los mineros.

El inicio del rescate de los 33 mineros atrapados desde hace más de dos meses en una mina en el norte de Chile sufrió una demora por la necesidad de nuevos ensayos para afinar el operativo para extraerlos de la mina por un ducto desde 622 metros de profundidad.

Los socorristas realizaban una segunda prueba con la cápsula sin pasajero por el ducto, después que la primera se saldara con algunas abulladuras y rasguños.

Jorge Sougarret, un experto entrevistado por la televisión chilena, señaló que la falla se debió a un problema en las ruedas ajustables de la cápsula en la transición entre la parte del tubo que está revestida (hasta 56 metros) y la que no lo está, lo que generó que la cápsula golpeara contra el ducto y se produjera una "abolladura en la puerta", que fue reparada. En la primera prueba la cápsula descendió hasta 65 metros.

La prolongación del periodo de pruebas ha aumentado la tensión pues ya sobrepasó el cálculo previo del ministro de Minería Laurence Golborne, quien señaló que el rescate comenzaría a las 01H00 GMT del miércoles.

Por esta cápsula, de 4 metros de alto y 450 kilos de peso, serán emergidos uno a uno los mineros. El primero de ellos será Florencio Avalos, de 31 años, capataz de la mina San José y considerado el más hábil por los socorristas, según confirmó el presidente Sebastián Piñera.

"Estamos muy felices, muy contentos", explicó a la AFP el tío de Florencio, Alberto Avalos, en el campamento La Esperanza aledaño a la mina, atiborrado por unos 2.000 periodistas de todo el planeta.

Piñera señaló que tras Avalos, saldrán el electricista Mario Sepúlveda, de 39 años, el ex militar Juan Illanes (52 años) y en cuarto lugar el operador de maquinaria pesada, el boliviano Carlos Mamani, de 23.

Está previsto que el presidente boliviano, Evo Morales, esté en la mina al momento de la salida de Mamani.

Los primeros cuatro son considerados los más hábiles del grupo, capaces de poder sortear algún inconveniente de último minuto. Luego está establecido que les sigan un grupo de diez más débiles y por último los más fuertes.

El último en salir, según una lista tentativa presentada por los socorristas a los familiares, sería Luis Urzúa, un topógrafo de 54 años, que era el jefe de turno en el momento del derrumbe y que asumió el liderazgo del grupo durante los 69 días de permanencia en la mina.

Durante el rescate, la cápsula avanzará a una velocidad de 1 metro por segundo (equivalente a la de una caminata lenta) a través del ducto de 622 metros. El ascenso durará unos 15 minutos, y el tiempo estimado de salida entre minero y minero es de una hora.

Una baliza con luces y una alarma similar a la de una ambulancia anunciarán el momento en que cada uno de los mineros esté a punto de salir a la superficie para alertar a los equipos médicos, explicó el ministro de Salud, Jaime Mañalich.

Jean Romagnoli, uno de los médicos encargados del rescate, dijo que los 33 están en buenas condiciones para el largo ascenso.

El ingeniero jefe André Sougarret advirtió que "siempre hay riesgo al transportar personas en un sistema vertical", por "la caída de rocas y que alguna de las cápsulas se atasque".

Los médicos estiman por su parte que el mayor peligro es un ataque de pánico en el ascenso.

Cada minero será atendido por un médico apenas arribe a la superficie. Después pasarán a módulos especiales, donde podrán reunirse con dos o tres familiares.

Desde allí serán llevados en helicóptero a una base militar (en un trayecto de unos 12 minutos) en Copiapó, a 45 km de allí, y luego recorrerán unos 300 metros a un hospital estatal de la ciudad, donde se ultimaba detalles para darles la bienvenida, al igual que en varias poblaciones de Copiapó.

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