lunes, 4 de octubre de 2010

Uno de los mayores estafadores de España vive, tan tranquilo, en la Isla de Margarita



Debería estar sentado en el banquillo de los acusados en Málaga, en el caso de la corrupción de Marbella. También debería responder en la Audiencia Nacional de blanquear dinero en la operación Ballena Blanca.

Y también en la investigación de la estafa y blanqueo de dinero a través de los sellos de Fórum Filatélico. Pero no está, ni se le espera. José Manuel Carlos Llorca Rodríguez, que el mes próximo cumple 61 años, divorciado, dos hijos, catalán de La Seu d’Urgell (Lleida) es el prófugo más buscado por la justicia española, que no se atreve, pese a los miles de folios abiertos en investigaciones contra él, a hacer siquiera una estimación de cuántos millones de euros tiene o mueve.

“Llorca es como un banco suizo. Recogía dinero de todo el mundo. Miles de millones de euros. Gente vinculada a guerrillas africanas, amigos de traficantes de armas en la antigua Yugoslavia, mafiosos rusos, traficantes de droga italianos... Todos le confiaban su dinero para que él lo invirtiera y lo introdujera en el mercado legal, lo limpiara, digamos”, explica un abogado que le ha tratado mucho y que asistió a alguna de sus fiestas en Isla Margarita (Venezuela), algunas de cuyas imágenes acompañan este reportaje.

Llorca, según las investigaciones abiertas contra él en España, ha blanqueado dinero a través de la Bolsa, con miles de empresas e incluso y sobre todo en los últimos años, a través de Fórum Filatélico, la sociedad de sellos intervenida por el Gobierno que hizo perder sus ahorros a casi 400.000 ciudadanos.

La justicia española lleva varios años tras él, de momento sin éxito. Su amigo abogado dibuja un perfil del fugitivo: “Es un tipo pausado, no bebe casi alcohol, por supuesto no toma drogas. Eso sí, tiene un sentido del humor muy peculiar. Fue capaz de nombrar Garzón Investment a una de las sociedades con las que movía el dinero negro de delincuentes”.

No se sabe a ciencia cierta cuándo llegó Llorca a Venezuela. Algunos hablan del verano de 2006, pero el abogado que ha hablado para interviú asegura que “ya tenía la casa en Isla Margarita en 2005.

Yo estuve allí ya entonces, en algunas fiestas multitudinarias que daba”. En efecto, las imágenes que acompañan este reportaje muestran una mansión en la urbanización Juan Griego, con varias alturas y jardines inmensos.

Quienes han conocido a Llorca, igual que quienes siguen sus pasos por medio mundo, saben que su vida es mucho más que una película. Ya en los años noventa fue detectado en la operación Vidrio prestando servicios a traficantes españoles de droga.

Entonces protagonizó un caso insólito en la justicia española: siendo prófugo, recurrió ante el Supremo aquella condena por blanqueo de dinero... y ganó el caso. Un asesor fiscal lo define: “Cuando los gitanos llevaban al banco billetes en metálico para blanquear y otros andaban con billetes de lotería premiados,

Llorca ya hablaba de Delaware, un paraíso fiscal dentro de Estados Unidos. En algunos ambientes es un ídolo”.

Este banco suizo con piernas, con seis pasaportes –uno español, varios venezolanos y alguno de un país árabe– y varias caras, siempre acompañado por una mujer, o varias, sigue huido.

Allá donde esté, no faltará un mariachi que le acompañe en sus noches apacibles. Y le cantarán, como en Venezuela, su ranchera preferida: “Sigo siendo el rey”.

La residencia de Llorca se encuentra en la urbanización Juan Griego.

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