El pasado 26 de julio, a sus 49 años, intentó "sorprender" a todos con el asalto a un banco presentando en dos ocasiones su identificación al responsable del banco, "imprescindible" para poder "sacar" dinero de la entidad.
El ladrón, en el intento más vergonzoso de robo que se recuerde, entró en la entidad bancaria de la que es cliente después de haber estado en la cadena de comida rápida 'Whataburguer'.
Pugh, que se encontraba en libertad condicional, se dirigió a una de las cajeras y le pasó una nota en la que le indicaba que la bolsa de 'Whataburguer' que llevaba encima no era una bolsa de comida, deslizando que adentro ocultaba un arma.
La cajera mantuvo la calma y le indicó al hombre que necesitaba algún tipo de identificación para poder darle el dinero. Pugh le dio su tarjeta de débito del propio banco y le exigió 2.000 dólares, a lo que la cajera le respondió que necesitaría entonces una segunda identificación para sacar esa cantidad de dinero.
El ladrón no tuvo más remedio que entregarle entonces una tarjeta de identificación del estado de Texas. En ese momento la encargada del banco pulsó la alarma conectada a la Policía de Dallas.
Pugh finalmente se conformó con 900 dólares de la caja, los guardó en el bolsillo y se dispuso a salir de la entidad. A la salida le esperaban dos agentes de la policía junto a la puerta, momento en el que que Pugh utilizó como rehenes a una madre con su hijo amenazando de muerte con la bolsa del 'Whataburguer'. Finalmente la madre lo redujo y el vergonzoso ladrón se encuentra en la Prisión Federal de Seagoville. Un portavoz del FBI, Mark White, resume lo ocurrido: "Es casi inaudito".
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