viernes, 12 de noviembre de 2010

Acribillan a un colombiano frente a sus tres hijos en Porlamar


El jefe de investigaciones del Cicpc subdelegación de Porlamar señaló que un sujeto de nombre Jairo efectuó los múltiples disparos que acabaron con la vida de Jorge Alexander Alzate Vélez.

“Nosotros estábamos viendo la computadora Canaima que le dieron a mi hermanita en el colegio, cuando un hombre se le acercó a mi papá y le dio muchos disparos”, relató uno de los menores que presenció el asesinato de Jorge Alexander Alzate Velez, de 37 años.

A las 9:20 de la noche del miércoles, Alzate fue llevado a la sala de emergencia del hospital Luis Ortega de Porlamar con siete disparos en el pecho, rostro y abdomen. A pesar de los esfuerzos realizados por los médicos del centro de salud, falleció a las 2:30 a.m., por lo que el cuerpo fue trasladado a la morgue.

Alzate estaba residenciado, junto a su esposa y cuatro hijos, en el tercer piso del edificio Caica, ubicado entre la calle Igualdad con Fraternidad en Porlamar.

James Alzate, hijo mayor de la víctima, relató que su padre era un hombre bueno y trabajador, que se ganaba la vida como “minutero” (alquiler de teléfonos por minuto) y vendiendo café y chucherías en frente de su residencia.

Explicó que desde hacía un mes había tenido problemas con un sujeto llamado Jairo y su esposa de nombre Yeira, quienes estaban residenciados dos pisos más abajo de su apartamento.

“Hace un mes tuvimos un problema y Yeira me apuñaleó y nos amenazó con matarnos, porque a ella no le gustaba que mi papá trabajara allí”, relató el joven, mientras esperaba en las afueras del Cicpc para poner la denuncia de lo que había sucedido con su progenitor.

Alzate dijo que las discusiones entre su padre y estas personas se hicieron cada vez más fuertes, tanto que su madre optó por separarse de la familia.

Los hijos de la víctima afirmaron que nunca se imaginaron que Jairo cumpliera las amenazas de quitarle la vida a su padre; sin embargo, la noche de ayer, presuntamente este hombre se le acercó y descargó su arma en varias oportunidades contra su Jorge Alzate y luego huyó, dejándolo ensangrentado en la acera de esta calle.

En medio de la desperación,       los  vecinos de la localidad y algunos comerciantes de la zona, lo trasladaron hasta el nosocomio porlamarense donde posteriormente falleció.

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